sábado, 5 de mayo de 2007

“Si no existiera el sol,
Cómo sería para el hombre sobrevivir.
Y si no existiera el mar,
La naturaleza no podría sobrevivir.
Si no existiera la luna,
El hombre viviría, en la oscuridad
Pero como existe todo esto
Pueblo mío,
Nos vamos a preparar para celebrar
La vida”


La terrible separación del cuerpo con el alma, es el resultado del enfermo y atormentado hombre moderno. El valor del capital no ha podido con el costo del alma, las ciudades se repletan de gente, la ciudades se contaminan, la gente se enferma y en las más modernas, como es el caso de Tokio, Japón, los jóvenes se suicidan colectivamente y lo consiguen organizar a través del mayor invento tecnológico del siglo XX; La Internet.

Crecemos vertiginosamente, sin poder desarrollar ningún equilibrio. La Ciencia y la Tecnología se apoderan de la vida del hombre común y su lenguaje no es decodificable para este hombre, que sumido en una tragedia interminable mira con nostalgia la historia y abandonado a su suerte, sufre una condena que no entiende.

La ciencia nos habla de el descubrimiento de otro planeta en otra galaxia que tendría las condiciones de temperatura muy parecidas a la tierra y las potencias que han sido subyugadas al poder de esta ya piensan en establecer nuevos horizontes donde repetiremos seguramente el mismo proceso, en el que hemos comprendido tan rápidamente las causas y no somos capaces de asumir nuestros errores. Será este el conocimiento “vulgar” que necesitamos, será este el conocimiento científico. Después de tantos ¿Cómo? ¿Por qué? Después de tanto raciocinio ¿Cuál es la lógica que debe conducirnos a terminar con esta depredación?

Esta es la gran esperanza mercantil para un triste destino del alma.